Gagarin en Calabuch
La Mostra de Venecia acaba de conceder a David Lynch el León Alado de Oro de San Marcos por toda su trayectoria cinematográfica. En Regiones Devastadas lo celebramos y queremos significarlo a nuestro modo. Para ello, no se nos ocurre nada mejor que recordar que hace exactamente medio siglo fue Calabuch, la película de Luis García Berlanga, otro director genial, la que puso en pie a público y crítica en esa misma Mostra. En primicia diacrónica nos lo cuenta esta crónica, tomada de la portada del diario Arriba del 5 de septiembre de 1956, en la que no sólo comprobarán la alabanciosa acogida que obtuvo la película en la prensa italiana, sino que además podrán disfrutar, de paso, con esa simpática intriga entre los agentes franquistas de paisano que controlaban los movimientos del director español en el festival y los agentes soviéticos que vigilaban a los delegados rusos. La filiación ideológica de Berlanga queda justificada de cara a los lectores españoles, en una pícara trampa retórica, con el recuerdo de su enrolamiento juvenil en la División Azul. Irónico, si tenemos en cuenta que lo hizo para salvar el pellejo a su padre, político republicano entalegado.
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Allí estuvo, en las estepas, pasando frío con Luis Ciges. Pero Ciges no consiguió nada, porque a su padre lo fusilaron igualmente.
También acabó purgado por papito Stalin algún cineasta ruso, a la vuelta del oropel occidental. Bueno, el mismo Eisenstein libró por los pelos. Se murió antes, pero para entonces ya no le dejaban terminar ni una peli.
Qué malos son los malos. Conviene recordarlo. Y qué buena era Calabuch.
Por cierto, ¿hacemos libro? Ya sé que no es lugar para semejantes propuestas pero casi estamos en comandita... Llámame. Estoy deslumbrado por todo esto.
Ay, Fulgencio, qué cosas me propones. Sería complicado, pero si te animas. Por cierto, los tebeos están ya ¿no? El de Rabagliati tiene una pinta estupenda. Bueno, ya te llamo y me lo cuentas todo.
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