Encuentro Mundial de las Familias
Aquí seguimos, fieles a nuestros deseos de superación. Y, fieles a nuestros deseos de superación, ofrecemos en suerte a nuestros lectores una moto. Nada menos que una sensacional Vespa Familiar equipada con Sidecar. Por cada cien pesetas de compra. Para ir al Encuentro Mundial de las Familias, o para irse al mismo Infierno, si gustan, que lo mismo nos da. Con todos de paquete. No se los deje aquí. Aquí no queda nada. Sólo regiones devastadas.
La Vanguardia, 11 de octubre de 1953.
3 Apostilla(s):
Mira que bien me había venido para ir a Valencia a ver al Santo Padre con mi churri. Hoy más que nunca esto parece 1953. Salud!
Es guapa la moto, eso sí. ¡Y van todos sin casco a gran velocidad!
Y que hay de lo de llevar a la familia en el side-car? Imposible en esta era de monovolúmenes y todoterrenos.
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