La edad del pavo
Bueno, parece que no acabamos de levantar el vuelo. Hay que ver con qué herramientas más poderosas contamos y qué difícil sigue siendo expresarse ¿verdad? Mientras encontramos el tono del asunto, aquí va otra joya de la Agencia Cifra. Esta vez tomada del Arriba correspondiente al 10 de febrero de 1955. En un país perdido lejos de todo, una babysitter de catorce años, de Aveinte, provincia de Ávila, incendia cuarteles de la Guardia Civil y clava agujas a los niños a su cargo. Descrita como una muchacha despierta e inteligente en grado sumo, no parece que se tratase de una mera brutita obtusa, pero se ve que iban ya muy torcidas las cosas en su cabecita resonante de ideas fijas. Despertar a la vida en según que lugares, entornos y momentos históricos tampoco debe de ser muy apropiado para el correcto desarrollo de las inquietudes del individuo. Y sí que parece que era inquieta la chiquita, sí. Rescatemos pues hoy este pálido reflejo de su conmovedora hazaña en la prensa del momento y atendamos por un instante a la llamada de socorro de Carmencita desde su remota coordenada en el espacio/tiempo. Es lo único que desde aquí podemos hacer por ella, convocarla en esta suerte de deriva sin objeto ni sentido que nos permiten nuestras portentosas tecnologías domésticas y estremecernos siquiera un segundo imaginando ese Tribunal Tutelar de Menores, ese cuartel de la Benemérita, esa vida enturbiada de mal rollo desde su estreno.
Pdta.: La misma noticia fue publicada en el diario Ya, el 11 de febrero de 1955.
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